Querido yayo:
Estoy muy contenta porque poco a poco voy aprendiendo a vivir sin ti.
Me ha costado mucho, porque era demasiado la pena y el dolor que sentía dentro de mí, pero la gente tiene razón en eso de que el tiempo lo cura todo, porque esa pena va remitiendo, y, aunque no se haya apagado del todo, ya no es tan intensa.Yo se que tú tienes que ver en esto, porque pienso que que eres tú quien me da fuerzas y ánimo desde allá arriba, porque no quieres verme sufrir ni triste por tí.También sé que allí donde estás eres feliz y te acuerdas mucho de mí y de todos nosotros, y que nos observas desde el cielo, desde una nube.
Solo espero que allí te cuiden y te mimen tanto como lo hacíamos.
Tienes que hacerme el favor de abrigarte, porque allí arriba hace mucho frío y no quiero que te resfries.Acuérdate de beber tu chatico de vino y de las olivas negras, caracoles, bacalao, y algún que otro pajarico, y por supuesto cuida de la Morica, de la yaya Joaquina, de la tía Alicia, y de todas aquellas personas que hoy en día nos han dejado y ahora están junto a tí.
Quiero que sepas que nunca te olvidaré, y aunque no estés aquí, te seguiré queriendo, porque como voy a olvidar a quien tanto me quiso a mí, sería algo injusto, imperdonable por mi parte.
Todo ese cariño me quedó guardado en el corazón y no me lo quitará nadie, como nadie te quitará a tí el que yo te di, porque creo que ese es el mejor regalo que te has podido llevar, el cariño de tu nieta, que te adoró, te adora y te adorará siempre, tenlo por seguro.
Puedes estar contento, ya que tu sueño, se ha hecho realidad. Como dice mi prima Sonia, el comprar la casa en Mozota es lo mejor que nos ha podido pasar a toda la familia. Seguro que si fuese en otro pueblo, no sería igual.
GRACIAS YAYO!
... (ver texto completo)