Lacasta se encuentra en la comarca aragonesa de Cinco Villas, región con una rica y extensa
historia desde tiempos anteriores a la Reconquista. El avance de los cristianos hacia el
valle del Ebro dejó en sus tierras innumerables
monumentos entre los que se cuentan
iglesias,
ermitas y
castillos de los siglos XI y XII, algunos de ellos ocupados posteriormente por los templarios.
Se tiene constancia de la presencia cristiana en la zona de
Luna desde el año 938, cuando se cita a Españés, aldea hoy despoblada, como parte de la línea fronteriza que iba desde Sos hasta Murillo de Gállego.
El 24 de octubre de 1098, el rey Pedro I efectúa donaciones en el acta de consagración de la
iglesia del
monasterio de Leire, figurando la cuarta parte de las décimas de Obano, Hispaniés y Lacasta entre otros bienes.
En un documento de 1283 Aviego y Lacasta obtuvieron privilegios de Ramón Berenguer IV para labrar tierras en los términos de Luna,
Aguero,
Biel y el
río Gállego, lo que les confirma suficientemente pobladas a finales del siglo XIII. Lacasta nació alrededor del promontorio rocoso donde se ubica un
castillo y una iglesia
románica del s. XII que es probablemente cuando se repobló, aunque el término Casta aparece junto a Españés y Agüero en un documento de donación al Monasterio de Siresa en el año 1086.
El asentamiento de población en la zona fue debido a la importancia
militar de la comarca en la conquista del valle del Ebro. Lacasta, junto con
Júnez y Españés formaban parte de una importante ruta que enlazaba con el Valle del Gállego.
En 1118, la reconquista de
Zaragoza hizo decaer el valor militar de la región al quedar alejada de la nueva frontera, pero se conservó como cabecera militar en la defensa interior de la ruta por el valle del Gállego que unía la
montaña y el llano zaragozano.
Ya en el siglo XIX, el Diccionario Geográfico-Estadístico de
España y
Portugal de Decado dice de Lacasta: "L. R. de España, provincia de
Aragón, partido de Cinco Villas. A. O. 15 vecinos, 68 habitantes. Contribuye 223 reales 25 maravedíes."
Al igual que Júnez, la fecha de su abandono no está clara. Los diferentes testigos, todos ellos vecinos de Luna, dicen haber conocido el
pueblo habitado hace entre 50 y 70 años. Lo cierto es que en la hoja topográfica 246 del IGN del año 1953 no se señala aún como despoblado. Al igual que Júnez, Lacasta se encuentra hoy totalmente deshabitado.