Mi primo Miguel, cuando éramos pequeños, me contaba que cuando Dios hizo el mundo, al terminar, le sobraban 10 casas y las tiro encima de esta roca y dijo "hacer con ellas lo que podáis" y realmente hicieron esta maravilla a la que sólamente podemos adorar las personas que descendemos del pueblo. Los demás pueden decir que es muy bonito, pero quererlo, lo que se dice quererlo, sólo nosotros. Es un privilegio que nadie nos puede quitar. Y eso que yo, por circunstancias de la vida, hace años que no...