Idílico camino que nos lleva a la Torreta, al "Prao" y a la villa de Vierlas. ¿Te acuerdas Florencio cuando en bicicleta íbamos a trabajar en la construcción de la granja vierlera en la década de los sesenta? ¿Cuántas veces pinchamos en la infinidad de los picos de piedra de su suelo? ¿Te acuerdas de aquel joven albañil de Malón que los pitones afilados de una vaquilla se llevó al Infinito? Trabajábamos a sus órdenes. Su padre estañaba las cacerolas de los pueblos. PRL, reencontrándose con su pueblo.