La viña, el "panizo", la huerta... Como alfombra que alarga los pies del Moncayo en conjunción con un pueblo integrado en la naturaleza sin desentonar.Aquí el Moncayo parece que nos llama a su regazo, que nos espera pacientemente, sin prisas. Los viejos del lugar veían en esta silueta del Moncayo al Obispo yacente de cúbito supino para la eternidad. A la derecha cabeza mitrada y a la izquierda los pies. FRL, encontrándose con su pueblo.