En este pequeño
pueblo nos encontramos nada más bajar del bien conocido "cortao", la
Ermita de
San Ramón Nonato, recientemente restaurada por los propios vecinos del pueblo. Siguiendo la carretra hasta el mismo pueblo, justo cuando llegamos a la
plaza podemos contemplar la
torre de la
iglesia de
Santo Domingo; dicha torre ha sido totalmente restaurada este mismo año y desde ahora podemos contemplar el pueblo al completo desde lo alto de la torre.
En la parte más alta del pueblo, y custodiándolo a duras penas, encontramos el viejo y agonizante
castillo que siempre ha estado allí y forma una parte importante del patrimonio, sin reconocer, del pueblo. Sin duda alguna, el
monumento más destacable del pueblo es la
fuente, que situada el la plaza mayor, surte desde hace muchos años a todo el pueblo de un
agua a la que muchos expertos han calificado varias veces de "extraordinaria" por su pureza y su calidad. Aparte de los
monumentos arquitectónicos del propio pueblo también podemos nombrar toda la riqueza cultural, gastronómica y natural que la zona nos ofrece.