Situada en una gran
plaza abierta destaca la
iglesia parroquial de
San Miguel. Fue construida a fines del siglo XVII siguiendo el estilo barroco que no se deja adivinar por la sobriedad del exterior. Este gusto por lo teatral y lo recargado en la decoración se ve en el interior de esta iglesia, especialmente en la espectacular
capilla de la
Virgen del Rosario.
Otra construcción de gran interés etnológico es el
molino de viento que se halla en las afueras de la población y es conocido como "El
Palomar". Éste es el más pequeño de los trece
molinos de viento que todavía hoy se conservan en la comunidad aragonesa.