Duele ver totalmente arruinada la
ermita vieja de la
Virgen de Cigüela, uno de los
santuarios marianos más completos y espectaculares de la comarca. No obstante, merece la pena atravesar el escaso caudal del
río para disfrutar del silencio del enclave. Parece que en cualquier momento puede aparecer el misterioso monstruo que turbó la tranquilidad de estos contornos hace unos años. Es desaconsejable meterse dentro del complejo eremítico, que amenaza
ruina inmediata. Junto al enorme
edificio, que comprendía
iglesia, habitaciones y dependencias del santero, se conserva un colmenar de obra en buen estado.