Se conserva otro retablo dedicado a la Virgen en la iglesia de Villadoz; éste fue pintado en 1478 por Juan de Boniella y Miguel Ximénez.
Otro retablo de gran interés es el de Torralbilla; dedicado a San Blas, se ha restaurado recientemente. De gran valor artístico es un banco colocado en el altar mayor de Lechón con varios santos pintados probablemente por un seguidor de Bartolomé Bermejo.
© Fabián Mañas Tabla gótica de Santa Apolonia en Lechón
En la iglesia de Anento se conserva un magnífico retablo pintado en algún taller aragonés hacia 1440.
Es un gran retablo, de unos 7 metros de alto por 6,80 de ancho pintado expresamente para este ábside al que se acomoda perfectamente. Tiene 37 tablas y algunas otras pinturas de ángeles en los guardapolvos, además de los escudos del arzobispo de Zaragoza don Dalmau de Mur.
Las 37 tablas pintadas se distribuyen entre el banco y el cuerpo del retablo; en el banco hay diez escenas de la Pasión, cinco a cada lado de una bella custodia de labra gótica.
El retablo tiene triple advocación: en el centro, San Blas; a la derecha del espectador, San Zenón, y a la izquierda el Patrocinio de la Virgen. Son como tres pequeños retablos formando un gran conjunto; en torno a cada uno de los titulares hay seis tablas del ciclo correspondiente. Y en la parte alta aparecen otros santos, probablemente de especial devoción en Anento: además del profeta David, están San Miguel, Santa Catalina, Santa Lucía, Santa Bárbara y San Fabián y San Sebastián; encima de la calle central, el Calvario.
Es un retablo de gran calidad, que pone en relación a Anento con el arzobispo don Dalmau de Mur que ocupó la sede de Zaragoza desde 1431 hasta 1456.
Otro retablo de gran interés es el de Torralbilla; dedicado a San Blas, se ha restaurado recientemente. De gran valor artístico es un banco colocado en el altar mayor de Lechón con varios santos pintados probablemente por un seguidor de Bartolomé Bermejo.
© Fabián Mañas Tabla gótica de Santa Apolonia en Lechón
En la iglesia de Anento se conserva un magnífico retablo pintado en algún taller aragonés hacia 1440.
Es un gran retablo, de unos 7 metros de alto por 6,80 de ancho pintado expresamente para este ábside al que se acomoda perfectamente. Tiene 37 tablas y algunas otras pinturas de ángeles en los guardapolvos, además de los escudos del arzobispo de Zaragoza don Dalmau de Mur.
Las 37 tablas pintadas se distribuyen entre el banco y el cuerpo del retablo; en el banco hay diez escenas de la Pasión, cinco a cada lado de una bella custodia de labra gótica.
El retablo tiene triple advocación: en el centro, San Blas; a la derecha del espectador, San Zenón, y a la izquierda el Patrocinio de la Virgen. Son como tres pequeños retablos formando un gran conjunto; en torno a cada uno de los titulares hay seis tablas del ciclo correspondiente. Y en la parte alta aparecen otros santos, probablemente de especial devoción en Anento: además del profeta David, están San Miguel, Santa Catalina, Santa Lucía, Santa Bárbara y San Fabián y San Sebastián; encima de la calle central, el Calvario.
Es un retablo de gran calidad, que pone en relación a Anento con el arzobispo don Dalmau de Mur que ocupó la sede de Zaragoza desde 1431 hasta 1456.