SENDEROS EN ARAGON
GR-90 2ª FASE
SISTEMA IBéRICO ZARAGOZANO
Desde los escarpes calcáreos de las estribaciones meridionales de la Sierra del Moncayo, hasta las extensas planicies del Campo de Romanos, se alternan una sucesión de sierras de altitud media (la Virgen, Vicort y Algairén), de relieve accidentado pero accesible en las que abundan, sobre todo, encinares todavía bien conservados y umbríos pinares. Entre estos se pueden encontrar, interesantes retazos residuales de robledal y, especialmente, el sorprendente alcornocal de Sestrica (único de Aragón, aparte de algunos ejemplares en el valle del Tiernas), próximo a Viver de la Siera. Las panóramicas desde lo alto, descubren un mar de formas y siluetas, de crestas y sombras, que se superponen hasta confundirse.
LA SEGUNDA FASE: DE MORATA DE JALóN A BADULES
Valles y depresiones intraserranas (Grío, Perejiles, ... ) es donde las poblaciones se asientan, sosteniendo una demografía precaria e inestable que pugna por mantenerse en un medio poco fácil, y donde encontraremos restos de castillos (Langa, Almonacid, ... ) y algunos de los mejores ejemplos del mudéjar aragonés (Tobed, Calatayud, Paniza, Mara, Mainar, Belmonte,..) o incluso gótico (Miedes), testimonio visual de lugares de amplia e interesante historia. Algunos de estos pueblos gozan de una bellísima situación (Purujosa), otros presentan calles y casas de estructuras seculares (Calcena, Codos, lnogés, Santa Cruz, ... ) Mención aparte merecen las tres poblaciones más importantes de la zona: Calatayud (la antigua Bílbilis, cuna del poeta Marcial), la mayor de ellas, declarada Conjunto de Interés Histórico-Artístico. Daroca, también Conjunto de Interés Histórico-Artístico, con calles, casas, palacios e iglesias rodeadas por una amplia muralla con torreones y en un magnífico emplazamiento. Y Cariñena, que además de su torre gótica y su ayuntamiento renacentista, debe su fama a lo apreciado de sus vinos.
GR-90 2ª FASE
SISTEMA IBéRICO ZARAGOZANO
Desde los escarpes calcáreos de las estribaciones meridionales de la Sierra del Moncayo, hasta las extensas planicies del Campo de Romanos, se alternan una sucesión de sierras de altitud media (la Virgen, Vicort y Algairén), de relieve accidentado pero accesible en las que abundan, sobre todo, encinares todavía bien conservados y umbríos pinares. Entre estos se pueden encontrar, interesantes retazos residuales de robledal y, especialmente, el sorprendente alcornocal de Sestrica (único de Aragón, aparte de algunos ejemplares en el valle del Tiernas), próximo a Viver de la Siera. Las panóramicas desde lo alto, descubren un mar de formas y siluetas, de crestas y sombras, que se superponen hasta confundirse.
LA SEGUNDA FASE: DE MORATA DE JALóN A BADULES
Valles y depresiones intraserranas (Grío, Perejiles, ... ) es donde las poblaciones se asientan, sosteniendo una demografía precaria e inestable que pugna por mantenerse en un medio poco fácil, y donde encontraremos restos de castillos (Langa, Almonacid, ... ) y algunos de los mejores ejemplos del mudéjar aragonés (Tobed, Calatayud, Paniza, Mara, Mainar, Belmonte,..) o incluso gótico (Miedes), testimonio visual de lugares de amplia e interesante historia. Algunos de estos pueblos gozan de una bellísima situación (Purujosa), otros presentan calles y casas de estructuras seculares (Calcena, Codos, lnogés, Santa Cruz, ... ) Mención aparte merecen las tres poblaciones más importantes de la zona: Calatayud (la antigua Bílbilis, cuna del poeta Marcial), la mayor de ellas, declarada Conjunto de Interés Histórico-Artístico. Daroca, también Conjunto de Interés Histórico-Artístico, con calles, casas, palacios e iglesias rodeadas por una amplia muralla con torreones y en un magnífico emplazamiento. Y Cariñena, que además de su torre gótica y su ayuntamiento renacentista, debe su fama a lo apreciado de sus vinos.