Los ángeles del Cielo te miraban
y tu cara radiante sonreía
mientras, rozando el suelo, te venías
hasta donde mis brazos te esperaban.
El céfiro envidioso contemplaba
la criatura hermosa, que tenía
la perfección, la gracia y simpatía
cuando inseguro a mi se encaminaba.
... (ver texto completo)
y tu cara radiante sonreía
mientras, rozando el suelo, te venías
hasta donde mis brazos te esperaban.
El céfiro envidioso contemplaba
la criatura hermosa, que tenía
la perfección, la gracia y simpatía
cuando inseguro a mi se encaminaba.
... (ver texto completo)
nos gustaria leer un soneto dedicado a tu ultima hija