TORRIJO DE LA CAÑADA: Algunas veces en las que iba yo a cazar con mi padre...

Algunas veces en las que iba yo a cazar con mi padre y muchas de ellas por el monte de Torrijo, si parábamos por la causa que fuese y dejábamos las escopetas recostadas en algúna chaparra, me solía contar una historia que pasó en Torrijo. él mismo conocía a la víctima. Sucedió de esta manera: Era un molinero de este pueblo que casaba una hija. Dos días antes de la boda fueron a dar una batida de caza para tratar de alegrar el convite de la boda con unas liebres que esperaban matar. Entonces la invitación consistía en una buena comida familiar, cocinada al estilo casero en la particpaban, todos los convidados, de ambas partes. Hasta aquí todo normal. El caso es que empezaron la cacería y llegó el momento de echar un "bocao" o sea, descansa un ratillo, comer un poco y echar un trago. La mala suerte llegó cuando al ir a coger la escpeta que el molinero había colgado de la rama de un chopo, para proseguir con la cacería, esta se disparó casualmente y de forma fortuita y alcanzó de lleno a su dueño que fallecería de un modo tan trágico. Como vemos, un motivo de alegría como es una boda se convirtió en un suceso luctuoso por una imprudencia pues la escopeta debería haberse descargado al colgarla o por lo menos se debe dejar abierta cuando se deja recostada el algún lugar. Los accidentes no dan segundas oportunidades, nunca. Tenemos que tomar precauciones, siempre, siempre. Saludos amigos Torrijanos.