Balsa de la Torraza, cuna de aves de paso, donde
fauna y
flora resultan desbordantes. Primer manantial que llevó el
agua corriente al
pueblo en la década de los 70. Su calidad, según los viejos del lugar, la mejor del mundo.Un observatorio de aves haría las delicias de los amantes de la
naturaleza. Su frescura, los sones de los pajarillos, los trinos y susurros, la luminosidad del entorno..., te cautivarán. No te lo pierdas y vívelo en directo. Disfruta allí con tu merienda. FRL, reencontrándose
... (ver texto completo)