Un recuerdo especial para mí porque cuando visité este
pueblo, vi llegar a lo lejos unas treinta
cigüeñas que iban aproximándose al
campanario mudéjar.
Unas cuantas aterrizaron en los
nidos que se ven, y las otras prosiguieron su
camino juntas hacia otro campanario (me imagino).
Para un francés como yo, fue un espectáculo maravilloso en la medida en que en
Francia no solemos ver cigüeñas.
Y el pueblo es digno de ver, hay arriba
ruinas romanas.
Fréderic
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