Hola, Secundino! Gracias por tus sabias y estudiadas reflexiones. Ya comenté que el mundo es un pañuelo y si el famoso matrimonio no llega a ser el de uno de los personajes que más daño me han hecho en esta vida, me habría limitado a contestarte que sí los conocía. Símplemente asi, sin más datos.- Lo de haber denunciado, lo intenté. Pero no quería dinero a cambio (la vida de J. Mari no tiene precio), sólo trataba de que no hubiera más casos como el nuestro entre la gente que tiene que ganarse la vida en la mar y que obligaran a todas las embarcaciones a llevar alguna caja de Cafinitrina a bordo. Pero requería mucho tiempo, tenía que ir por la Vía Penal, íba a suponer que a mí me tuvieran que indemnizar y, al no saber entonces cómo trabajan los abogados, temía no poder pagarlo, asi pues lo dejé pasar.- Secundino, ahora que se tú edad, temo pasarme de atrevida tuteándote. Si no te gusta, me lo dices sin ningún problema.- Hoy, mira que días más feos, empezaron aqui las fiestas de San Roque y como no lo llevo nada bien, estuve trabajando en una casa de La Isla en la que llevo tres agostos ya y donde me encuentro muy contenta. Antes me gustaban las fiestas, pero ahora me encuentro muy sola y deseo que pasen cuanto antes. Los críos ya son chavalinos, tienen su pandilla y, por suerte para mí, ya no necesito estar con ellos.- Bueno, Secundino, por hoy no encuentro más que decir. Es un placer leer tus sms y contar, creo, con tu amistad.
Un saludo cordial!
Un saludo cordial!