Nada se sabe de sus orígenes porque su
historia no está escrita, pero, según se ha ido transmitiendo oralmente de generación en generación, el
pueblo tuvo otro asentamiento.
Su primera ubicación estaba en lo que hoy llamamos "Cortía de
San Juan". Debido a la alta tasa de mortalidad infantil por el calor y la falta de
agua se decidió cambiar el emplazamiento.
Son testigos mudos de este pasado: la
Ermita de San Juan y una
fuente de cuyo
caño apenas mana un hilo de agua.