Yo recuerdo aquellas cabalgatas de Reyes que, por nuestra edad, nos
parecian fastuosas. Con el Príncipe Aliatar mensajero de SS. MM en lugar
destacado.
Luego ibamos ilusionados para casa con un nerviosismo lógico y con la
intención de cerrar bien los ojos y dormir mucho, que era lo que nos
recomendaban nuestros padres.
Y, apreciado poeta Manuel, siempre teníamos algún regalito. Y pienso
que no debes de desechar la "magia" de esta noche. Siempre aparece
algún presente. A veces en casas de...