Helos ahí, con el preseo en la mano, a la yerba, en El Formigueru, lugar paradisíaco, en el que, a base de trabajar, se ha convertido un mal terreno de maleza y argomales en una plantación de frutales...
EN EL FORMIGUERU
No tenemos muy claro que Pablo y Aida, mis nietos, vayan a ser campesinos. Pero aquí les vemos, garabatu,---angazu, rastrillo y atropador ---en mano limpiando las hojas que ya comienzan a caer de los árboles en agosto.
El Formigueru es un lugar paradisíaco. De frente, se yergue Peña Mea, con Pola de Laviana y Carrio debajo, el Nalón que serpentea, no ya de luto, como en tiempos de Emilio Martínez, sino reflejando su espejo de plata...