Este imponente
edificio perteneciente a una rama del linaje de los Bernaldo de Quirós, destaca más por su volumen que por tener un peculiar estilo arquitectónico.
Merece especial atención el
jardín, obra de un ingeniero francés que llegó a
Asturias para trabajar en la
fábrica de Mieres y se casó con doña Rosalía Bernaldo de Quirós en el siglo XIX. El técnico, llamado Augusto Bailly, sentía gran pasión por los
jardines y acondicionó el espacio en geométricas parcelas, delimitadas por boj, dentro de las cuales dispuso la siembra de numerosas especies florales.