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Le encotrè en el camino: aquel hombre no tenia mas que una capa, un baston, y un velo de tristeza cubriendole el rostro. Nos saludamos. y además le dije: ven a mi casa, sé mi huesped.:
Y vino.
Mi esposa y mis hijos nos recbieron en el portal: el les sonrió y ellos se alegraron con su llegada.
Nos sentamos todos entorno a la mesa, y estabamos felices con aquel hombre: habia en él silencio y misterio.
Y después de comer, sentados en torno al hogar, le preguntèpor sus andanzas.
Aquella noche nos contó muchas historias, y también al dia siguiente: mas lo que ahora lo que ahora recuerdo es sólo lo que nacio de la amargura de sus dias, a pesar de ser el tan amable; historias que hablan del polvo, de la paciencia del camino.
Cuando dos dias más tarde nos dejó no sentimos la marcha de un uésped: sentimos que uno de nosotros estabamos en el jardin y faltaba que entrara todavia
Y vino.
Mi esposa y mis hijos nos recbieron en el portal: el les sonrió y ellos se alegraron con su llegada.
Nos sentamos todos entorno a la mesa, y estabamos felices con aquel hombre: habia en él silencio y misterio.
Y después de comer, sentados en torno al hogar, le preguntèpor sus andanzas.
Aquella noche nos contó muchas historias, y también al dia siguiente: mas lo que ahora lo que ahora recuerdo es sólo lo que nacio de la amargura de sus dias, a pesar de ser el tan amable; historias que hablan del polvo, de la paciencia del camino.
Cuando dos dias más tarde nos dejó no sentimos la marcha de un uésped: sentimos que uno de nosotros estabamos en el jardin y faltaba que entrara todavia