Luz ahora: 0,12631 €/kWh

TURON: RADIO PARPAYUELA...

RADIO PARPAYUELA

LA VOZ DE LA VOZ DE LA MONTAÑA CENTRAL ASTURIANA 94.0 FM

MONÓLOGO

LOS DESPERTADORES
Cuando nuestros sueños se vuelven realidad.

Existen unos pequeños objetos que, desgraciadamente, a todos nos suenan bastante: los despertadores. Nadie los trata con cariño. Es normal, porque la escasa relación que tenemos con ellos se entabla cuando nos acabamos de levantar y estamos de mal humor.
Escuchas: <<Pi, pi, piii, pi, pi piii...>>, y lo único que te apetece es matar a alguien. Gritas:<< ¡Me cago en todas las madres del despertador!>>.
Por eso, cuando elijamos en la tienda, sólo hay que fijarse en una cualidad.
- ¿Qué sea bonito? No
- ¿Qué sea preciso? No
- ¿Que suene fuerte? tampoco.
- ¡Qué sea duro! Pero duro, duro, porque las palizas que va a recibir el pobre despertador en su vida, eso no está en los escritos. Eso lo coge Mel Gibson y te hace una película como La Pasión.
Un despertador nunca ha oído una palabra de cariño. Nada, ni un mimo, ni un << ¡Qué bien lo haces, chaval! ¡Que puntual eres!>> Nada.
Hay cuatro tipos de despertadores y ninguno de ellos ha recibido jamás una sola palabra de aliento.
A) Tipo clásico: es ese despertador antiguo, de metal, que tiene encima como dos bolas de helado de hierro, que siempre es ruidoso, ¡hasta cuando no suena! porque las agujas hacen <<zic, zac, zzzic, zzzac...>> Ese despertador no es que te despierte, ¡es que no te deja que te duermas! Y cuando suena es atroz. Parece una alarma de incendios: << ¡RRRIIIINNNNGGGG!>>.
B) Tipo radio reloj despertador: tampoco deja que te duermas. Tiene unos números luminosos tan intensos que si te quedas delante te pones moreno. ¡Hasta puedes leer con el brillo del despertador! Su mayor efecto aflora cuando se va la luz.
C) Tipo despertador de los chinos: esos despertadores Casío que hacen <<pi, pi, pi, pi, pi>> Eso lo diseñó satanás, como todos sabéis. Tiene una cosa en común con el radioreloj despertador: la tecla larga que pone <<SNOOZE>>, un botón que sirve para dejarte dormir unos minutejos más, ¡eso no tiene ningun sentido!
Vamos a ver... o te levantas o no te levantas. Pero eso de: <<por favor un poquito más>> no es serio.
D) Otros despertadores. ¡Qué fascinante epígrafe!
Aquí se encuentran los despertadores como el servicío teléfonico de los hoteles.
Les dices: << ¿Puede despertarme a tal hora?>> Y te apuntan en una lista. Yo me he fijado en una cosa de esa lista: a las seis no se levanta nadie; a las siete dos otres; a las siete y media, cinco personas, y a las ocho cuatrocientas. El pobre recepcionista tiene que hacer cuatrocientas llamadas a las ocho. Al primero sí, lo despierta a las ocho, pero al último lo despierta a las once menos cuarto. ¡Ese tío pierde el avión!.
Otro tipo de despertador son los gallos. Los gallos fueron el primer despertador de la historia. El gallo era el encargado de despertar a toda la granja, y digo yo: ¿qué pasa si un día el gallo se queda dormido? ¿quién es el encargado de despertar al gallo? Me parece una imprudencia delegar en este animal, el pobre es el encargado de cubrir a todas las gallinas. ¡A ese tío no le puedes obligar a que madrugue!
He llegado a la conclusión de que al ser humano no le gusta despertarse. Lo que le gusta es dormir, lo que pasa que tardamos en darnos cuenta. Llega un día en que nos damos cuenta, nos metemos en la cama y ya nos nos despertamos jamás. Y si hemos sido buenos, dormimos plácidamente para siempre.

Hasta otro momento.....