Mientras ella recomponia aquella casa que era mas que una casa, el se quedaba en la galeria para ver como salia el sol, se sentaba despues en la mecedora que habia en la antojana para protegerse del sol y acababa el dia apoyado en el muro del huerto observando la forma en que se ponia el sol, y cuando el sol no salia cogia una alforja con un trozo de queso y otro de pan, se subia al caballo y desaparecia por el camino de los castañedos de Foz, y cuando llovia se ponia un gaban y bajaba hasta el rio y observaba el movimiento de las corrientes, media la crecida de los manantiales y estudiaba el curso que tomaba el agua en cada nueva embestida del rio. La abuela le preguntaba, que andas discurriendo ahora, y el respondia, examino lo que ocurre por ahi, y las palabras de la abuela formaban preguntas que no esperaban respuestas porque eran como expresiones de admiracion ocultas en el disfraz de un interrogante, muestras de confianza en aquel hombre que la habia enseñado a leer y a escribir y que para ella era el hombre mas inteligente de la tierra, por eso siempre se vestia y se peinaba para el, se ponia los mandiles y los pañuelos limpios y planchados para el, se lavaba la cara y el cuerpo con jabones olorosos para atender con la debida dignidad a aquel hombre de pensamientos imprevistos que andaba en la tarea de ordenar las cosas del mundo. El se resistio una semana a los avisos insistentes que le mandaban los ingenieros, y no lo hacia por dejadez, ni tampoco por arrogancia, sino porque necesitaba tiempo para dar forma a la idea que rondaba por su cabeza y no queria presentarse en el palacio azul hasta no tener apuntadas todas las soluciones posibles a los interrogantes del nuevo proyecto. A la gente del pueblo se le formo en la cabeza un confuso revoltijo de interpretaciones, no siempre libres de envidia, malos presagios y perversas conclusiones, y no faltaba quien, aprovechando sus cada vez menos frecuentes visitas a la taberna y en la esperanza de recibir alguna indicacion sobre la direccion que podian tomar sus pensamientos, se atrevia a preguntarle, como vamos, Cosme, a lo cual el solia contestar con un simple, vamos, que no es poco, para seguir saboreando en silencio los tragos de aguardiente. Una tarde, pasados cuarenta dias desde la cena del agasajo y despues de haber recibido aquella mañana dos recados apremiantes del palacio azul, se sento en el corredor a esperar que dejara de llover y, una vez que la lluvia dejo la tarde lavada y nueva, se levanto, miro por encima de los fresnos la torreta del palacio azul a lo lejos, se puso las botas nuevas, cogio las libretas, le dijo a la abuela, voy para alla, deseame suerte, y atraveso los charcos en direccion al puente enredado en un manglar de sueños y evidencias.
Lo recibio el anciano mayordomo, quien lo condujo a la biblioteca, donde la señora Geertghe observaba unos mapas de la zona. Ella, sin apartar los ojos de las laminas coloreadas, dijo, tardo usted mucho en decidirse, a lo que el respondio, las ideas necesitan tiempo para su desarrollo, y ella se acerco a el hsata casi rozarlo y con un pañuelo que extrajo del fondo de la espetera enjugo en su cuello un fingido sofoco, ilumino sus ojos claros de abnegacion y pregunto, que hay de lo mio. Durante la cuarentena, el abuelo apenas habia dedicado mas que un par de pensamientos al sofoco imprevisto de la señora Geertghe, incluso en los ultimos dias habia llegado a convencerse de que aquel incidente no habia existido, al menos no como el en un principio lo habia querido interpretar. Pero de nuevo aquella mujer exuberantae de facciones desarregladas y gestos ambiguos se mostraba ante el con todo un tropel de intenciones inapropiadas para su estado y su posicion, y el miro hacia abajo y vio el surco profundo que se abria entre aquellos dos pechos atormentados por la estrechez de la camisa y miro despues hacia la ventana y vio un cielo azul y tranquilo, un cielo que no parecia el mismo que habia soltado la lluvia hacia apenas una hora, como si fuera el cielo de otro lugar diferente, y un mordisco en la sien lo advirtio sobre el conflito en el que estaba sumido y sintio pavor porque aquella nueva circunstancia podia arruinar su proyecto y vio a la señora Geertghe subiendo hacia el como una babosa y de su cerebro confundido rescato una respuesta de supervivencia y dijo, señora, me alaga su interes, pero le aseguro que no lo merezco, y ella sonrio y puso su indice tremulo en los labios de el y se dio la vuelta y fue hacia la salida y el abuelo apreto con fuerza sus libretas y sintio la flojera de su voluntad cuando hubo de guardar en la nemoria el recuerdo de aquella nausea. El ingeniero Hendrik lo invito a un paseo por los alrededores del palacio y le hablo del proyecto de construir un jardin con toda cklase de flores y tambien le hablo de los nuevos nombramientos que se habian producido en la fabrica y pasaron despues a la biblioteca y alli el abuelo saco sus libretas e inicio la explicacion de sus nuevos proyectos. Comenzo exponiendole al ingeniero sus ideas sobre el aprovechamiento de los muchos manantiales que brotaban por las laderas de los montes, a veces de manera inapreciable, formando regueros diminutos, por separado no son nada, apenas unas manchas de humedad, decia el abuelo, pero juntos pueden formar torrentes. La idea consistia en dirigir esos hilos de agua continua de forma artificial a traves de tuberias y canales hasta un punto donde la concentracion del caudal fuera importante para luego conducirlo a donde fuera necesareo, de tal manera que no hubiera explotacion, taller o barriadas que no dispusiera de un salto de agua que, por medio de diferentes turbimas, que el habia dibujado al detalle en sus libretas, generara energia, y expuso con precisiom y entusiamo sus ideas sobre las formas de los canales, sobre la derivacion de corrientes, sobre la distribucion de pequeñas presas, que dieran uniformidad a los caudales, y le hablo al ingeniero Hendrik de la construccion de galerias para llegar, en algunos casos, a la capa de agua subterranea donde tuvieran su origen diferentes manantiales.
El segundo gran proyecto que el abuelo expuso aquel dia en la biblioteca del palacio azul se referia al alumbramiento higienico de algunas aguas manantiales mediante perforacion y construccion de cajas de decantacion para de esa forma contar en cada uno de los lugares destinados a vivienda o trabajo de suficiente agua potable. Por ultimo, saco el abuelo las libretas en las que explidaba sus ideas sobre la purificacion de los rios sucios por minas y fabricas y sobre la depuracion de las aguas residuales que estaban siendo portadoras de pestes y enfermedades, y le hablo al belga de acequias de fertilizacion y riego, de depositos de sedimentacion donde se utilizaran el cloruro o el sulfato de hierro, el polvo fino de lignito o la cal viva, y tambien le hablo de un nuevo sistema de sanitarios y duchas con aguas calentadas y purificadas que traerian a las gentes trabajadoras mas limpieza y mas salud y por lo tanto mas dignidad y seguridad en su vida y en su trabajo, y concluyo su exposicion hablando sobre el aprovechamiento de la condensacion de las fabricas. El abuelo habia estado hablando durante cerca de tres horas. Al principio el joven Hendrik hacia comentarios, propios de un facultativo industrial, planteaba preguntas, discutia algunos aspectos y se movia inquieto por la biblioteca, pero a medida que el abuelo se extendia con entusiasmo y conviccion en los detalles de sus proyectos, el belga, quien disfrutaba de coniocimientos suficientes para entender el alcance de los pensamientos y esbozos de su capataz, se fue quedando en silencio y la admiracion que suscitaba en el aquel hombre de gestos rudos y palabras solidas se hacia visible en el escaso pestañeo de sus ojos y en su inmovilidad general, y por eso, cuando el abuelo termino su exposicion y el mayordomo Tomas entro en la biblioteca para encender las luces, el señor Hendrik se levanto, le estrecho la mano al abuelo y le dijo, Cosme, no se si habra dinero suficiente para realizar todo lo que llevas en la cabeza, pero desde mañana mismo puedes ponerte a trabajar en ello, tienes a tu disposicion esta biblioteca para que resuelvas cuantos problemas teoricos se te presenten y puedes ir elaborando una lista de primeros componentes para determinar al detalle cada uno de los proyectos y su rentabilidad, y añade cien duros mas al salario que habiamos convenido.
Las semanas que siguieron fueron intensas para el abuelo, quien se entrego en cuerpo y alma a la tarea de hacer realidad lo que hasta entonces no habia sido mas que fantasia, y le pidio a la abuela que le comprara ropas especiales para protegerse del barro y del agua, adquirio un nuevo caballo de raza frisona y confecciono planos minuciosos sobre los itinerario que iba a seguir en los meses siguientes, y no tuvo el abuelo aquellos dias de los preparativos ninguna incertidumbre, no dejo ningun resquicio a la improvisacion, se apoyo en sus conocimientos y en el placer que le producia trabajar libre y en solitario y tambien en la seguridad y la confianza que le transmitia la abuela, siempre al acecho de todas sus necesidades. Decidio visitar la biblioteca del palacio por lo menos dos veces por semana y el resto del tiempo montaba en su caballo para recorrer rios y torrentes, para reconocer y registrar cada uno de los manantiales, y en los dias de lluvia intensa observaba los lugares donde se reunian los arroyos que formaban las aguas caidas y dejaba marcas en el suelo y en los arboles cercanos y dibujaba mapas en sus libretas siguiendo aquel principio que postulaba que las aguas interiores seguian las mismas direcciones que las que discurrian por la superficie, y en los dias en que la tierra estaba seca por el sol o por el aire del sur escarbaba con la piqueta en la parte baja de las montañas que miraban al septentrion, alli donde crecia el musgo o las piedras estaban cubiertas de verde, y, una vez encontrada la humedad de la tierra, clavaba señales numeradas y registraba en su memoria y en las libretas el descubrimiento, y en los amaneceres despejados, despues de varios dias de calor y en aquellos lugares que parecian mas aridos, se tumbaba bocabajo mirando al oriente a esperar que una columna de vapor se elevara del suelo, y, si esto ocurria, clavaba un poste en el que colgaba una chapa que decia, agua, y tambien se guiaba para seguir los cursos de las aguas subterraneas por las colonias de mosquitos y por las concentraciones de juncos y zarzas, y al volver cada dia a su casa componia los planos de los lugares visitados y trazaba en ellos un laberinto de canales imaginarios. En las visitas a la biblioteca del palacio tuvo algun encuentro con la señora Geertghe que el azar resolvio por el, bien porque la cercania de los ingenieros hubiera dejado en evidencia cualquier intento de la joven belga por demostrarle su interes, bien porque el procuraba hacerse acompañar por el mayordomo Tomas con la disculpa de disponer de ayuda para localizar los libros o desplegar las laminas, pero los asaltos de aquella mujer cada vez eran mas apreniantes y, si bien no encontraba ella ocasion para dar rienda suelta a sus deseos, se las ingeniaba para dejarle cartas perfumadas escritas en cuartillas de colores indiscretos y con letras dibujadas en tinta china en las cuales expresaba sin ninguna reserva cuales eran sus tormentos de amor y en que partes del cuerpo le dolia las nostalgias. El no leia las cartas, pero tampoco se atrevia a destruirlas, como si aquella pasion ajena e insensata ejerciera sobre el el poder de las cosas sagradas y las iba dejando, las cartas, en un cantaro que guardaba en un rincon de la cuadra, cerca del caballo frison al que habia bautizado con el nombre de Lucero, el unico a quien le confesaba las inconveniencias del asedio, a su mujer no queria importunarla con algo que para ella, una vez escuchado, y a causa de las limitaciones propias del lenguaje, a buen segura que ocuparia en su cerebro y en su corazon dimensiones desproporcionadas, asi que guardaba para si el acoso de una mujer impetuosa quien, a causa de las fiebres amorosas, andaba con la razon aturdida y las humedades revueltas.
Elaborados al detalle los dos primeros proyectos sobre el aprovechamiento de las aguas manantiales y el alumbramiento higienico de las mismas, el abuelo trabajo en el desarrollo de aquellas otras ideas que se referian explicitamente a la salud. Visito las antiguas cabañas de piedra y las casas de reciente construccion, recorrio las barriadas, entro en viviendas de una sola pieza, desprovistas de suelo y de aberturas, donde al lado de las ropas colgadas a secar se balanceaban las tiras de carne en salazon y los embutidos, recintos viciados y ennegrecidos por el humo donde al lado de los camastros de hoja de maiz fermentaban el pan y la leche, sin mas muebles que una mala mesa, un banco, un caldero y algunos trebejos de barro, contabilizo las viviendas construidas cerca de las minas y de las fabricas de forma espontanea por los propios obreros a base de chatarra, tablas, cascotes, estacas, alambres y viejas planchas, y dejo constancia en los detallados informes de su exigëdad y de su insalubridad, y apunto como causas de infecciones graves que provocaban el aumento de la siniestrabilidad y de las ausencias al trabajo, la falta de aireacion de esas viviendas, la cohabitacion con animales domesticos, las chimeneas sin tiros, el amontonamiento de tada la familia en una sola pieza, la humedad, la falta de agua corriente, la constante cercania de las personas con sus excreciones, y otras muchas situaciones de las que dejo constancia como causas principales de escrofulas, tuberculosis, supuraciones, abscesos, viruelas, y hasta casos de lepra, y hablo con los enfermos y tambien hablo con los medicos, y a algunos de estos facultativos los percibio tan alejados de la realidad que acabo por incluir tambien esta negligencia como una mas entre las causas de la propagacion de pestes y enfermedades. Una vez recopilados los datos, paso a trabajar en el laboratorio de proyectos sobre edificacion de viviendas e ingenieria hidraulica.
La mayoria de los mineros y de los operarios de las fabricas conservaban aun su doble condicion de obreros y campesinos, de asalariados que se resistian a convertirse enteramente en proletarios, y a los ingenieros les preocupaba esta circunstancia por el absentismos que ocasionaba, ausencias estacionales al trabajo con ocasion de siembras y recolecciones, accidentes provocados y enfermedades fingidas que servian de pretexto para, sin perder el empleo, dedicarse temporalmente a las labores ganaderas y agricolas. El trabajo del obrero no ofrecia continuidad y por ello el operario no abandonaba la huerta ni se desprendia de las vacas o los cerdos porque sabia que sin ellos no comeria cuendo cerraran el pozo o lo despidieran del taller. Tampoco los nuevos trabajos ofrecian seguridad, y los accidentes eran frecuentes, muchos de ellos mortales, y traian la ruina a las familias, y las enfermedades se multiplicaban, sobre todo las respiratorias y los reumatismos, y tambien se incrementaron las inflmaciones callosas, antracosis, bronquitis y tuberculosis. Patronos e ingenieros, preocupados por la escasez de la mano de obra y por la baja calidad de la ya existente, comenzaron a elaborar estrategias encaminadas a faborecer la atraccion de trabajadores foraneos, propiciar el abandono definitivo del campo en los obreros mixtos y elevar la productividad. Asi se crearon los economatos para procurar una mejor alimentacion que acrecentara la salud de los obreros, se levantaron viviendas de ladrillo cerca de los centros de trabajo para mejorar las condiciones higienicas y obligar a los trabajadores a cambiar sus habitos sociales, se construyeron escuelas para inculcar a los niños de las nuevas barriadas una educacion religiosa y social mas acorde con los intereses patronales, se fundaron orfanatos para que el minero no bajara al pozo con el sentimiento de culpa de dejar a sus hjos huerfanos en caso de accidentes mortales, se edificaron iglesias y se emprendieron campañas contra el alcohol y las tabernas, se instituyeron cajas de socorros para cubrir algunos gastos medicos y atender a los imposibilitados y hubo quien empezo a plantear la necesidad de montepios que garantizaran unas pensiones para cuando el obrero no pudiera trabajar como la unica forma de conseguir continuidad en la mano de obra y evitar que muchos vecinos, aun viviendo en la escasez y la miseria, prefirieran embarcarse buscando la incertidumbre de las Americas antes que aceptar la evidencia de un trabajo inestable, peligroso, mal pagado, penoso e inhumano. Los patronos, apoyados por un clero adepto siempre al poder economico y por unos politicos que en la mayoria de los casos procedian de las grandes familias financieras e industriales, cuando no de la nobleza, y ayudados por las circunstancias de no contar aun con unos sindicatos fuertes que encauzaran y aprovecharan estas estrategias empresariales, adornaron sus nombres con un noble sentimiento de humanidad y filantropia, que en la mayoria de los casos no era mas que fria conveniencia, para procurar que tanto el obrero como su familia se hallaran convenientemente alimentados, vestidos, alojados y educados, para evitar revueltas y a la vez conseguir un trabajo mas productivo y eficaz, y asi los señores poderosos iban haciendo de la hipocresia una virtud y los asalariados convertian sus iniciativas en agradecimiento.
Esta era la situacion en el tiempo en que el abuelo Cosme concluyo sus trabajos, y por eso quiza fueron tan bien recibidos por los ingenieros belgas, y asi, los proyectos cuya implantacion tenia una relacion directa con la mejora en el proceso productivo fueron ejecutados de inmediato y, sin embargo, aquellos que no incidian de manera tan evidente, al menos para los ingenieros, en el aumento de la mano de obra y de la produccion, fueron aplazados, tal fue el caso del aprovechamiento de los manantiales, del saneamiento de los rios o del tratamiento de las aguas residuales.
Esta era la situacion en el tiempo en que el abuelo Cosme concluyo sus trabajos, y por eso quiza fueron tan bien recibidos por los ingenieros belgas, y asi, los proyectos cuya implantacion tenia una relacion directa con la mejora en el proceso productivo fueron ejecutados de inmediato y, sin embargo, aquellos que no incidian de manera tan evidente, al menos para los ingenieros, en el aumento de la mano de obra y de la produccion, fueron aplazados, tal fue el caso del aprovechamiento de los manantiales, del saneamiento de los rios o del tratamiento de las aguas residuales.
El dia del estreno del edificio anexo a la fabrica donde se habian instalado duchas de agua caliente, lavabos, servicios y armarios roperos, el abuelo Cosme acudio al palecio azul para recoger unos planos en la biblioteca y desde alli acompañar a los ingenieros para el acto de inauguracion. Sentado de espaldas al ventanal, repasaba un estudio sobre lamparas de incandescencia cuando lo abordo la señora Geertghe. Llevaba un vestido largo de gasa azul y el pelo suelto sin orden por la espalda, la voz la tenia apagada y calida, perturbada quiza por los efectos de una noche de insomnio o de malos sueños. Se sento junto a el y acerco la silla hasta que sus rodillas se tocaron. La luz que se filtraba a traves de los visillos restregaba la cara de la belga que parecia irisada de pequeñas estrellas. Aquel dia me parecio hermosa, me confeso el abuelo, y habia remordimiento en sus palabras, como si hubiera preferido que aquella vision nunca hubiera tenido lugar. Mañana es el dia de mi onomastica, alla en mi ciudad es un dia grande y a los agasajados se nos permite una locura, yo ya escogi la mia, toda la noche la estuve imaginando, esto decia Geertghe con brillo lascivo en los ojos, y el abuelo comia su rabia, tragaba a sorbos lentos aquella incomoda vision, soportaba en las sienes el matilleo de las decisiones subitas, aquellas que era preciso tomar cuando ya el fuego estaba a punto de derrumbar el edificio, aquellas que dejaban huellas irreparables en la voluntad. La belga se mostraba extrañamente hermosa y desplegaba su influencia sobre el hombre confuso, quien contemplaba asombrado la magnitud del indendio, y con mimo en la voz le decia, solo tiene usted que dejarse llevar, no lo voy a comprometer a nada, mañana lo espero al amanecer en la casa de los sauces, es la locura que elijo para celebrar mi onomastica, y el abuelo Cosme dominaba la respiracion e insistia, señora, me hace usted mil honores con su manifiesta disposicion, pero ni soy digno de ella ni la creo conveniente por su bien y por el del señor Hendrik, a quien aprecio de veras, pero la belga acercaba su cara a la de el y con sus manos apretaba los brazos de el y le decia, que educado es usted, y le dedicaba una sonrisa de admiracion y locura. El abuelo realizo un movimiento dificil para incorporarse y dijo, sera mejor que me vaya, pero ella se estremecio en un quejido y aparecio la sangre en sus ojos y, suprimiendo en su expresion el tratamiento de usted, le dijo, ese señor respetable al que tu honras es un ser cruel e inhabilitado para el amor, un hombre sin hombria, ya sabes, sin los atributos que un hombre debe de tener para ser enteramente hombre, cierto es que lo sabia cuando llegue al matrimonio, pero no es menos cierto que hubo acuerdos que no se cumplieron, no merezco este castigo, quiero poseer y ser poseida, y tu me despiertas la memoria que me queda de otros hombres, el me arrastro hasta estos confines para hacerme cautiva de su vergüenza, porque soy su prisionera, vigilada siempre en mis intenciones mas intimas, no merezco esta soledad, siempre su aliento reseco cayendome encima y ni siquiera una caricia, hasta sus perros son mas afortunados que yo, el no merece mi respeto ni tampoco tu consideracion, ven mañana a la casa de los sauces y te juro que no te arrepentiras. El abuelo Cosme sintio terror porque ella parecia enloquecer por momentos y no controlaba sus manos ni el tono de voz y su cara estaba palida como los lirios, azulada como el vestido de gasa que flotaba en el aire de la sala, y tambien el abuelo sintio lastima porque entendio que aquella mujer necesitaba ayuda, pero el no podia ni queria ser el asidero de su desesperacion y por eso le dijo, señora, la ayuda que ueted nacesita no puede encontrarla en mi, a buen seguro que su marido la quiere y es a el a quien debe de recurrir, y ella levanto su mano derecha como si empuñara un cuchillo y rajo el aire con todas sus fuerzas y los haces de luz que entraban por el ventanal quedaron partidos y desperdigados, y fue entonces cuando se escucho la voz del ingeniero Hendrik, tu locura es una vergüenza para esta casa, y detras de su voz aparecio el, encogido dentro de su traje de ceremonia, y su cuerpo le parecio al abuelo mas diminuto que su voz, tenia el aire de un cazador señalando una alimaña, por la cara le caian riachuelos de sudor, y le grito a su mujer, como te atreves a hablar asi, vete a tus aposentos, y sin poder ocultar su vergüenza le dijo a su capataz, siento lo ocurrido y agradezco tu conducta de caballero, en otro momento te explicare el comportamiento de la señora, pero hasta entonces te suplico una absoluta discreccion, y el abuelo no dijo nada, solo asintio con la cabeza en señal de conformidad y salio al jardin y se sento en uno de los bancos a esperar a los belgas para acudir con ellos a la inauguracion del nuevo edificio de las duchas y los lavabos y los servicios y los armarios roperos que el mismo habia ideado y diseñado para los obreros de la fabrica, y penso que el aire de aquel jardin del palacio azul estaba muy espeso.