También hubiera podido correr a llamar a su padre, pero la escena parecía demasiado irreal. Se sentía atada a los acontecimientos. (Cuando se mastica la soledad, como lo estaba haciendo ella, nada tiene sentido fuera del discurso del propio pensamiento solitario.) No podía ser cierto. Negándoles a todos su presencia se negaba también a sí misma.