El fajo de billetes de Cenera tiene dueño
El hostelero que encontró el dinero reconoció al turonés Alberto Hernández cuando volvió a comer a la sidrería - El cliente no se percató de que había perdido 2.600 euros que cobró por un caballo
02:28
Eduardo Rodríguez, a la izquierda, y Alberto Hernández sujetan sonrientes el sobre con el dinero. fernando geijo
Cenera, A. VELASCO
«Gente honrada la hay en todos los sitios, lo difícil es dar con ella». Lo afirma el turonés Alberto Hernández Lamagrande tras recuperar el fajo de billetes que se había dejado hace dos semanas en la sidrería La Viña de Cenera y que un camarero encontró. El dueño del establecimiento, Eduardo Rodríguez, no ha parado hasta encontrar al propietario del dinero. Los dos, sonrientes, desvelaron ayer el gran secreto de esta historia: el sobre contenía 2.600 euros.
Hace un par de semanas, Alberto Hernández, jubilado de la mina, fue a cenar con su mujer a la sidrería La Viña para celebrar su aniversario de boda. Ese mismo día, el turonés había vendido un caballo -su gran pasión- y llevaba en el bolsillo el dinero que le habían pagado por él. Hernández no se percató de que había perdido el fajo y tuvo que ser el propio hostelero (que estaba seguro de que reconocería al cliente que estaba sentado en la mesa donde apareció el sobre) el que se lo dijera cuando el pasado domingo lo vio de nuevo en La Viña.
«Sabía que me faltaba el dinero, pero pensé que estaría en el coche o entre las páginas de algún libro de los caballos; tampoco le di mayor importancia y pensé que ya aparecería», afirma Alberto Hernández, quien confiesa que tampoco se enteró a través de la prensa, adonde el hostelero Eduardo Rodríguez acudió para intentar localizar a los dueños del fajo de billetes. Más aun: el turonés confiesa que el jueves pasado, un día después de que LA NUEVA ESPAÑA publicase la noticia con el llamamiento del hostelero para encontrar al propietario del dinero, bromeó con unos amigos y afirmó: «Seguro que el dueño no aparece; si no, lo habría reclamado ya». Precisamente ese mismo día, su mujer cenó con unas amigas en La Viña, pero Eduardo Rodríguez no la reconoció.
Y así llegó el domingo pasado, cuando Alberto Hernández y su familia decidieron de nuevo ir a comer a La Viña. «Era el cumpleaños de mi hija e íbamos a ir a comer a Siero; pero como hacía tan buen día, al final subimos a Cenera», explica el turonés. Cuando él y su mujer se dirigieron a la barra del bar a pedir la comida, Eduardo Rodríguez vio al matrimonio e inmediatamente supo de quién se trataba. Por si las moscas, llamó al camarero que había encontrado el fajo, y también los reconoció. No había duda. El propietario del local se acercó a la pareja y les dijo que tenía que hablar con ellos en privado. «Mi mujer pensó que habíamos roto algo la última vez que habíamos estado», bromea Alberto Rodríguez. Fue entonces cuando el hostelero les preguntó si habían perdido algo y les entregó los 2.600 euros intactos. «Ya no sólo es el dinero, sino el hecho de que hayan removido cielo y tierra para dar con nosotros, eso demuestra qué clase de persona es», afirma el turonés.
Eduardo Hernández asegura estar por fin tranquilo una vez que el dinero está en manos de su dueño. «Es una satisfacción haber podido encontrar a Alberto para devolverle lo que es suyo», confiesa el hostelero, que lanzó un mensaje para aquellos que se vean en una situación similar: «Mi padre me enseñó que ante cualquier problema o duda en la vida, hay que ponerse en el lugar de la otra persona; y si fuera yo el que hubiera perdido el dinero, me encantaría que me lo devolvieran».
Desde ayer, La Viña se ha convertido en el restaurante de cabecera de Alberto Hernández, quien señala que «todo el mundo debe tomar ejemplo de la honradez que ha demostrado Eduardo».
El hostelero que encontró el dinero reconoció al turonés Alberto Hernández cuando volvió a comer a la sidrería - El cliente no se percató de que había perdido 2.600 euros que cobró por un caballo
02:28
Eduardo Rodríguez, a la izquierda, y Alberto Hernández sujetan sonrientes el sobre con el dinero. fernando geijo
Cenera, A. VELASCO
«Gente honrada la hay en todos los sitios, lo difícil es dar con ella». Lo afirma el turonés Alberto Hernández Lamagrande tras recuperar el fajo de billetes que se había dejado hace dos semanas en la sidrería La Viña de Cenera y que un camarero encontró. El dueño del establecimiento, Eduardo Rodríguez, no ha parado hasta encontrar al propietario del dinero. Los dos, sonrientes, desvelaron ayer el gran secreto de esta historia: el sobre contenía 2.600 euros.
Hace un par de semanas, Alberto Hernández, jubilado de la mina, fue a cenar con su mujer a la sidrería La Viña para celebrar su aniversario de boda. Ese mismo día, el turonés había vendido un caballo -su gran pasión- y llevaba en el bolsillo el dinero que le habían pagado por él. Hernández no se percató de que había perdido el fajo y tuvo que ser el propio hostelero (que estaba seguro de que reconocería al cliente que estaba sentado en la mesa donde apareció el sobre) el que se lo dijera cuando el pasado domingo lo vio de nuevo en La Viña.
«Sabía que me faltaba el dinero, pero pensé que estaría en el coche o entre las páginas de algún libro de los caballos; tampoco le di mayor importancia y pensé que ya aparecería», afirma Alberto Hernández, quien confiesa que tampoco se enteró a través de la prensa, adonde el hostelero Eduardo Rodríguez acudió para intentar localizar a los dueños del fajo de billetes. Más aun: el turonés confiesa que el jueves pasado, un día después de que LA NUEVA ESPAÑA publicase la noticia con el llamamiento del hostelero para encontrar al propietario del dinero, bromeó con unos amigos y afirmó: «Seguro que el dueño no aparece; si no, lo habría reclamado ya». Precisamente ese mismo día, su mujer cenó con unas amigas en La Viña, pero Eduardo Rodríguez no la reconoció.
Y así llegó el domingo pasado, cuando Alberto Hernández y su familia decidieron de nuevo ir a comer a La Viña. «Era el cumpleaños de mi hija e íbamos a ir a comer a Siero; pero como hacía tan buen día, al final subimos a Cenera», explica el turonés. Cuando él y su mujer se dirigieron a la barra del bar a pedir la comida, Eduardo Rodríguez vio al matrimonio e inmediatamente supo de quién se trataba. Por si las moscas, llamó al camarero que había encontrado el fajo, y también los reconoció. No había duda. El propietario del local se acercó a la pareja y les dijo que tenía que hablar con ellos en privado. «Mi mujer pensó que habíamos roto algo la última vez que habíamos estado», bromea Alberto Rodríguez. Fue entonces cuando el hostelero les preguntó si habían perdido algo y les entregó los 2.600 euros intactos. «Ya no sólo es el dinero, sino el hecho de que hayan removido cielo y tierra para dar con nosotros, eso demuestra qué clase de persona es», afirma el turonés.
Eduardo Hernández asegura estar por fin tranquilo una vez que el dinero está en manos de su dueño. «Es una satisfacción haber podido encontrar a Alberto para devolverle lo que es suyo», confiesa el hostelero, que lanzó un mensaje para aquellos que se vean en una situación similar: «Mi padre me enseñó que ante cualquier problema o duda en la vida, hay que ponerse en el lugar de la otra persona; y si fuera yo el que hubiera perdido el dinero, me encantaría que me lo devolvieran».
Desde ayer, La Viña se ha convertido en el restaurante de cabecera de Alberto Hernández, quien señala que «todo el mundo debe tomar ejemplo de la honradez que ha demostrado Eduardo».
Ye esto