Manuel, para mí, éste ha sido un invierno atípico. No suelo dejarme influenciar por las circunstancias. Aunque débil físicamente, tengo una gran fuerza interior que hace que supere rápidamente los malos momentos, pero... hay, en el libro de mi vida, páginas que nunca he querido o no he podido pasar y que me hacen muy difícil levantar el ánimo en algunas ocasiones. Una de esas ha sido este invierno, se me hizo muy largo. El recuerdo del lobo, de lo que nos separó en su momento y de lo que nos sigue separando, me sumió en un estado de ánimo que no era el mejor para departir y compartir con mis amigos del foro. A mi me gusta transmitir alegría e ilusión pero... cuando no tengo ni lo uno ni lo otro, creo que lo mejor que puedo hacer es estar calladita, de ahí mi silencio en el foro.
Pero... pasó, de nuevo estoy con las pilas cargadas y dispuesta a dar guerra. La primavera es el resurgir de la vida y el campo está ahora precioso para dar largos paseos. Seguro que en uno de ellos el lobo y yo nos encontramos, seguro, y... por unos momentos, o tal vez instantes, nada ni nadie va a poder con nuestro cariño, afecto y ternura. ¿Recordáis? ¡Este es un cuento infantil!
Un cordial saludo, Manuel y gracias por seguir ahí, como ves... yo también sigo.
Pero... pasó, de nuevo estoy con las pilas cargadas y dispuesta a dar guerra. La primavera es el resurgir de la vida y el campo está ahora precioso para dar largos paseos. Seguro que en uno de ellos el lobo y yo nos encontramos, seguro, y... por unos momentos, o tal vez instantes, nada ni nadie va a poder con nuestro cariño, afecto y ternura. ¿Recordáis? ¡Este es un cuento infantil!
Un cordial saludo, Manuel y gracias por seguir ahí, como ves... yo también sigo.