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Mercadillo donde los hippys que dieron lugar a él casi han desaparecido, sin embargo cierto espíritu todavía queda de aquel movimiento aunque sea solamente por los cachivaches como los de la foto, los vestidos y camisetas que caracterizaban la vestimenta de aquellas gentes, la elaboración de bisutería y otros objetos de adorno y embellecimiento de personas y casas; también queda algún vendedor peculiar con el aspecto de aquellos pioneros que se asentaron en Ibiza. Desde luego, son muchos los que ... (ver texto completo)
Un parque con fuente y plantas muy diversas en los que reina la tranquilidad y sosiego que hace honor al nombre del lugar.
Qué protege del sol en Los días calurosos y de agua de lluvia cuando hay temporal.
Al borde de la carretera y detrás de la iglesia, desde donde puede divisarse la costa hacia Puerto de San Miguel.
Lagartijas endémicas de estas islas a las que es fácil encontrar cuando caminas por los caminos de los acantilados.
Pinos doblados o inclinados por el viento que no ha podido con ellos
La playa es magnífica, pero el entorno está muy deteriorado al haberse construido mastodónticos hoteles en la ladera derecha de la cala que afean el paisaje y le quitan encanto. Una barbaridad muy consentida y salvaje en buena parte de las costas españolas.
Los domingos es un lugar muy concurrido por los amantes de la playa. En el mismo hay un mercadillo y la gente espera la caída del sol para ver el color rojo en el horizonte a la vez que escucha los tambores de lo que todavía queda del movimiento hippy.
Lugar tranquilo y bucólico en el que uno parece transportado a otra época.
Los buzones concentrados en un punto en el exterior de urbanizaciones y edificaciones cerradas facilita la labor del cartero, agiliza la distribución y se puede llegar a un mayor número de usuarios; optimizando los recursos y dando servicio. En algunos países, por ejemplo en Portugal, todos los edificios comunitarios los tienes situados en el exterior, es decir, con acceso desde la vía pública.
Mucho cuidado con lo que te tomas en alguno de los bares de la carretera de este lugar. Entérate bien de los precios antes de pedir y después de pagar pide tique. Se pasan cinco pueblos sangrando a los visitantes. Agencia Tributaria abre el ojo.
No es precisamente uno de los lugares que más me han gustado de la isla. No es una ciudad agradable y tranquila, está concebida para la diversión y para la gente joven, generalmente extranjeros. Sin embargo, en sus proximidades hay playas que nadie debe perderse.
Costa acantilada la que predomina entre Es Canar y Santa Eulalia, donde no faltan las casas entre la tupida vegetación de pinos del lugar.
Una muestra de la grandiosidad de la fortificación que defendía de ataques a Dalt Vila es esta puerta presidida por el escudo del rey Felipe II.
Playa larga y concurrida, cercana a la capital isleña, pero con dificultadas para encontrar donde dejar el automóvil.