Con independencia de la calidad de las
aguas y las finas arenas de esta
playa, que de por sí ya merecen una jornada de asueto, un atractivo más y que atrae a multitud de personas los días festivos es ver la
puesta de sol desde este lugar considerado "mágico" por muchos y
bailar al son de los tambores que tocas los últimos hippies de la isla.