
Cada
estación ofrece una
Ibiza insólita y diferente. La luz intensa y las temperaturas suaves son una constante durante todo el año. Sin embargo, la floración de los
almendros, instante en el que los
campos de la isla se iluminan de blanco, sólo puede contemplarse en febrero. Igual sucede con el estallido de
flores que inunda la
primavera, la sensación refrescante que en agosto produce un baño en sus
playas o el placer que causa disfrutar de un
pescado fresco bajo el sol de enero, en una
terraza junto al
mar.
Ibiza puede disfrutarse durante las cuatro
estaciones. La isla cuenta con una oferta cultural y de actividades constante y dispone de recursos turísticos suficientes para hacer inolvidable una estancia en cualquier época del año.
La isla, además, proporciona distintas alternativas didácticas que explican de forma práctica la evolución de la isla y el origen de su autenticidad. Los
museos Arqueológico (Dalt Vila) y Etnológico (
Santa Eulària) contribuyen a ello de forma significativa.
Los aficionados a la
arqueología también disfrutan de su paraíso particular en los yacimientos cartagineses,
romanos y árabes dispersos por Ibiza, como el
santuario de es Culleram, en Sant Vicent, dedicado a la diosa púnica Tanit, la necrópolis de Puig des Molins o el poblado fenicio de sa Caleta.
La fusión de culturas y la necesidad de defenderse de los ataques de los corsarios, han legado a Ibiza un patrimonio arquitectónico de líneas puras, rústicas y contundentes que ha atrapado a artistas de todo el mundo. Los
montes sagrados de Santa Eulària y Sant Miquel, con sus
iglesias fortaleza, los templos de
Sant Josep,
Sant Jordi o Sant Antoni, el poblado de Sant Llorenç de Balafia, las miles de
casas payesas diseminadas por
valles y llanos, los
pozos y albercas de origen árabe o las
torres de defensa en lugares estratégicos. El legado de los antiguos es generoso y espectacular, y sigue siendo escenario de
fiestas y celebraciones.
Esa herencia multicultural y legendaria convierten a Ibiza en una isla abierta y generosa, que acoge y respeta la libertad de cada persona y le brinda toda su hospitalidad
'Ibiza' es el
baile, la
fiesta, la exhibición, la
música que nunca se apaga. 'Eivissa' es la quietud, la tierra, la esencia, el crepúsculo, el
paseo bajo la luna llena, o la cena exquisita al borde del mar. Las
terrazas, los transeúntes, las galerías de
arte, los
mercadillos, los espectáculos y los locales de ocio, ofrecen una diversidad que refleja el espíritu multicultural, creativo y alegre de la isla.
Esta amalgama de sensaciones que la isla puede ofrecer es la llave de su autenticidad. La oferta de servicios e infraestructuras turísticas complementa al máximo esta filosofía. Caminantes, noctámbulos, pensadores, aventureros, solitarios, buscadores de tesoros, melómanos, avistadores de pájaros, marineros. Todos, en cuanto la viven, sienten que han hallado en Ibiza un lugar compatible con sus sueños.
Todo un sinfín de posibilidades que, sin duda alguna, hará más placentera la estancia en estas islas. Sin olvidar, la reciente red de rutas cicloturísticas de más de 700 Km.- entre la modalidad de rutas de
carretera y rutas de BTT-; así como la creación de 2 estaciones náuticas: la estación náutica de Santa Eulària y la estación náutica de Sant Josep-Sant Antoni
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