La catedral de Palma (La Seu) tiene vocación marinera. A orillas de la bahía y del puerto pesquero, sus apuntados pináculos y sus dobles arbotantes góticos parecen jarcias y obenques de un galeón antiguo aparejado y a punto de zarpar.

Dado la situación que estamos pasando, esta Semana Santa este paso procesional no podrá salir de su iglesia y recorrer las calles acompañado por cofrades y público en general. No obstante, a Cristo en la Cruz le dirigimos nuestras miradas pidiéndole protección y consuelo ante la plaga que asola a nuestro país y a buena parte del mundo.

Medir la cosas como el propio tiempo, fue y es fundamental para la actividad humana.

Para cualquier isla la comunicación marítima es vital.

Variedad y elegancia en vidrio.

Bonita playa y lugar de esparcimiento familiar.

Único y original.

Seguramente el rosetón más grande construido en un templo católico español.

Precioso castillo donde se guardan objetos que dan testimonio de la antigüedad de la ciudad.

Una vista de la catedral distinta a la tradicional.

Piezas que forman parte de la historia de Palma se guardan y exponen en salas de éste castillo.

El Castillo de Bellver es una magnífica atalaya desde donde contemplar la edad y su bahía.

Castillo único por arquitectura y belleza.

En su lugar deberían haber colocado un escudo real puesto que la puerta sobre la que se asienta es de un empaque que lo reclama.

Lugar de ocio y distracción en una zona que el turismo, especialmente el extranjero, colapsa en época estival.