Lugar mágico y exclusivo desde el que se divisa un espectáculo paisajístico único y maravilloso.
Deià era solo una pequeña aldea de pescadores y campesinos del norte de la isla de Mallorca en la ladera de un cerro asomado al mar: medio centenar de casitas, calles empedradas, una iglesia, un par de ermitas, una taberna y una fuente.
Los humanos estamos recorriendo en estos días un calvario que compromete nuestra salud y vida. Es momento de recogerse y reflexionar sobre nuestra vida y principios.