A lo largo de estos últimos años, en los medios de comunicación y en la misma sociedad balear, han ido surgiendo iniciativas sintomáticas de una preocupación generalizada que, sin embargo, no han culminado en una estructura operativa y actuante capaz de enfrentarse a unos grupos minoritarios, pero muy activos y amparados por generosas subvenciones oficiales, que, de hecho, se han convertido en una amenaza, tanto a nuestro sistema de libertades como a los rasgos identitarios de tolerancia, liberalidad y respeto hacia el otro que han impregnado tradicionalmente el pueblo balear.
La filosofía y principios subyacentes en esta presentación, su honesta y apasionada defensa de libertad como argumento dialéctico opuesto a las tesis fundamentalistas de los nacionalismos excluyentes y del catalanismo ajeno a nuestra Historia, y su apelación a la tolerancia como norma de convivencia tradicional de estas Islas, constituyen una inmejorable base doctrinal inspiradora de la Sociedad Cultural CíRCULO BALEAR, que anima y comparte todas las iniciativas que aglutinan, por encima de ideologías y partidos, a los amantes de la libertad que se oponen a los enemigos de la sociedad abierta que ensombrecen nuestro panorama político y social.
Actualmente ciertas asociaciones, colectivos y partidos políticos han suscrito documentos independentistas que no ocultan su entusiasmo por la construcción de unos fantasmagóricos “países catalanes” o similares entelequias, fin que persigue el pancatalanismo mediante tergiversaciones históricas, “ingenierías” lingüísticas, y apropiamiento de las identidades valenciana y balear, basado en el principio: una llengua, un pueblo, un país; fundamento para la creación de un espacio cultural, docente y editorial con fuertes intereses económicos, por una parte, y , por otra, su utilización con fines políticos en el peligroso objetivo de conseguir la separación de España. Una España fruto de las aportaciones de todos los pueblos que la componen, y sustento de la Constitución de 1978, refrendada mayoritariamente por nuestra sociedad, base del ordenamiento jurídico que más prosperidad y paz en democracia han traído a nuestra Nación. Nada puede objetarse ante los que actúan en coherencia con los principios que proclaman, pero siendo éstos tendentes a la disgregación y enfrentamiento de la sociedad, lo que procede es organizarse para combatirlos y neutralizarlos, desde las reglas democrático-constitucionales.
En el ámbito balear, en materias lingüísticas y educativas, los gobernantes no ofrecen dudas: reafirmación de una política normalizadora que arrambla con todas las peculiaridades, acentos y modismos del mallorquín, menorquín e ibicenco; satanización de cualquier defensa de llamar a nuestra lengua como siempre la hemos llamado; y política educativa tendente a la desaparición total del castellano como lengua vehicular de la enseñanza.
El panorama no es, pues, tranquilizador, por lo que desde la sociedad civil se debe actuar enérgicamente contra las imposiciones catalanistas que, no sólo intentan sustituir nuestra ancestral lengua balear por una pretendida unidad lingüística del catalán, sino que abogan decididamente por la eliminación de la lengua castellana, igualmente nuestra, e idioma común de todos los españoles.
La aplicación de políticas lingüísticas llamadas, sorprendentemente, “normalizadoras” son una clara contraposición al uso normal que de ambas lenguas hacen los ciudadanos en su vida cotidiana, así como una flagrante vulneración de sus derechos lingüísticos en la libre elección de lengua tanto en el ámbito educativo como en las administraciones públicas. Las resistencias sociales, no por calladas, son menos rotundas, dándose la curiosa circunstancia de que, a medida que se acentúan las acciones coercitivas e interventoras, estas resistencias se incrementan.
Por todo ello, el CíRCULO BALEAR, integrado por gentes de plural procedencia profesional y social, apela a la sociedad civil para que se organice y se enfrente a los signos de intolerancia y de menoscabo de las libertades que recientes circunstancias políticas, unidas al tradicional pasotismo de nuestra sociedad, están agravando de forma preocupante nuestra convivencia.
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