Efectivamente Nena, desde que en la Comandancia de Inca me notificaron que mi destino era la ciudad de Petra, me sentí muy contento de tener la suerte de ser destinado a ese pueblo simplemente por llamarse Petra como nuestra familia de Petras de nuestro Alcornocal. Si algún día nos vemos y hablamos, me gustaría contarte la experiencia y lo que supuso para mí desde que en la Academia de Guardias de la Guardia Civil de El Escorial, una vez terminado el periodo de aprendizaje nos mostraron una relación... Fíjate que el nombre del pueblo me resulta algo familiar. ¿A ti no, Germán? Otra buena de Julio: Cuando yo estaba en Petra, esa fuente creo que no estaba; ahí era donde aparcábamos los ciclomotores, que por cierto, cada uno aparcábamos el nuestro sin candado ni nada y cuado alguien salía de la cafetería de Can Salón, cuyo propietario se llamaba Antonio, el padre y Tony el hijo, y tenía que ir a algún sitio y no tenía medios de locomoción, cogía el primero que pillaba y cuando el propietario iba a cogerlo, si no estaba, se esperaba hasta que el que lo había tomado volvía,...