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Mejores mensajes de poblaciones cercanas a SANT CLIMENT:
Va ser i és una llàstima, que en l'acte de la dedicatòria d'aquesta placa, no convidessin a tots els components que al llarg de la seva trajectòria van participar amb el grup i que la majoria d'anys i fins que van acabar de cantar van ser mes coneguts com a "LOS PARRANDEROS", però es clar, ja ho veren fet bé.
En la fotografía de la Capilla Mayor, en la hornacina central encontramos a la titular de la parroquia, Nuestra Señora del Carmen, y a los lados el profeta Elías (derecha) y San Juan de la Cruz (izquierda). En la parte superior del retablo, el bajo-relieve de la Virgen del Carmen imponiendo el escapulario a San Simón Stock. En la parte central encontramos cuatro medallones que representan la Anunciación y la Natividad del Señor (derecha), y la Coronación de la Virgen y la huida a Egipto (izquierda). ... (ver texto completo)
Por toda la isla encontramos lugares en los que poder encontrar la sabrosa sobrasada de Menorca y otro embutidos de la tierra; en esos mismos lugares, se pueden encontrar las ensaimadas, los quesos menorquines (tan variados y apetitosos), la ginebras, pomada y otras bebidas elaboradas con hierbas y anís. Todos estos productos y otros, se adquieren a un precio moderado y, salvo los líquidos, pueden transportarse como equipaje de mano en los aviones.
Paisajes maravillosos tiene este municipio rn su zona costera.
Los pequeños detalles también cuentan.
Ensenada profunda y tranquila.
Cielo y agua, belleza que la Naturaleza gratuitamente nos ofrece.
Apacible y tranquilidad en la cala.
Bonito lema del que algunos han sacado buen provecho.
Cierre o portera típica menorquina.
Poderosa artillería que nunca fue utilizada.
Pintoresco puerto para pequeñas embarcaciones de pescadores o de gente ociosa y con posibilidades.
Desde este monte se divisa un amplio territorio isleño.
Ciudadela era la antigua capital capital de Menorca antes de que en el siglo XIII se transfiriera a Mahón, pero sigue siendo se sede episcopal, lo que siempre consuela.
Las fotos no consiguen capturar el encanto de Binibeca, en Menorca. No tiene el colorido de las villas marineras del Norte de España, sino el blanco de los pueblos encalados andaluces. Hoy es uno de los lugares más visitados de la isla, pero no emergió como un poblado de pescadores duros y curtidos de sal y viento, sino como el capricho de un hombre de mediados de siglo XX. Su playa y el laberinto de sus calles estrechas son una delicia.