De acuerdo al estilo en el que fue concebida la iglesia, las vidrieras adquieren un notable protagonismo. Éstas proceden de la renombrada firma francesa Maumejean, conseguidas gracias a la donación de particulares, hermandades, cofradías y grupos vecinales. Pero el templo destaca, también, por el importante legado artístico que conserva, procedente, sobre todo, de la antigua iglesia. Destaca el Cristo Crucificado, del siglo XVI, que preside actualmente el altar mayor.