El tesoro sin enterrar de la capital de la isla es la
Playa de Las Canteras. Es la perla que no esconde la ciudad. Una larga lengua de arena, de varios kilómetros, que se extiende por la
bahía. Un lugar con un encanto especial que podrá encontrar a 3 o 4
calles de la terminal de cruceros.
Los vecinos de la ciudad repiten que Las Canteras es una de las mejores
playas urbanas del país. Y tienen razones para pensarlo. Porque es una playa con buen tiempo casi todo el año. El lugar de la capital donde escapar, donde se detienen todos los
relojes. Una especie de Central Park versión playera, donde se puede hacer
deporte cualquier día de la semana, llevando bañador, bikini o tabla de surf.
Además, es una gran reserva de vida marina. Sus fondos marinos son
refugio de mil tipos de peces. En tierra, el refugio de paseantes, pescadores, surferos y surferas. Y cuenta con una particularidad especial. Esa peculiaridad es lo que los locales llaman "La Barra", una larga formación rocosa que se desparrama no lejos de la arena y que protege de las mareas gran parte de la playa. Una curiosa línea de
piedra que convierte la bahía en el mejor lugar de este lado del globo para practicar la natación y que permite a los bañistas caminar sobre el
agua los días de marea baja.
Y puestos a caminar, le recomendamos el largo
paseo que serpentea continuo a la arena, sorteando cafés y heladerías. Al inicio del paseo encontrará las
terrazas de La Puntilla y los
restaurantes de
pescado fresco. En el otro extremo de la playa, el ambiente surfero alrededor del Auditorio Alfredo Kraus, con más terrazas y cafés frente al
mar.
Aunque debemos avisarle, si está pensando permanecer en la ciudad varios días, olvídese de encontrar el miércoles la playa que vio el lunes.
¡Eso es imposible! Porque Las Canteras es la Playa Cambiante. Nunca será el mismo lugar del día anterior. Será completamente diferente. Y es ésa otra de sus peculiaridades. Se mantiene siempre en el mismo sitio, pero se muestra siempre distinta.
Así que ya lo sabe. El tesoro de
Las Palmas de Gran Canaria lo tenemos escondido a 5 minutos del muelle de cruceros. Tampoco espere muchas pistas más. Si quiere ver la perla de la ciudad sólo tiene que cruzar cuatro calles. Siga a cualquiera que camine silbando con toalla, sombrilla o tabla de surf