Para la mayor parte de los estudiosos, el llamado Almogarén del Bentayga, una estructura excavada en la roca volcánica que, para muchos, no es más que un calendario para controlar el paso de las estaciones y, en consecuencia, marcar el comienzo de las labores agrícolas.
Se trata de un pequeño recinto excavado en la roca de tamaño rectangular que presenta, en su centro geográfico una cazoleta circular de 0,72 metros de diámetro alineada al Este con una muesca en forma de V practicada en un promontorio rocoso de unos 8,5 metros de altura. Tras esta hendidura se ha localizado una cazoleta de gran profundidad que, según los arqueólogos servía para hincar un poste que marcaba con exactitud los equinoccios de primavera y otoño.
También se ha comprobado que, en una alineación visual con el monolito del Roque Nublo, esta muesca localiza el lunasticio mayor, un fenómeno astronómico que se produce cada 18,6 años con la luna llena anterior o posterior al solsticio de verano (el último tuvo lugar en julio de 2006). Según estos indicios, el Almogarén tendría una función religiosa y aparecería como uno de los centros de espiritualidad aborigen.
Se trata de un pequeño recinto excavado en la roca de tamaño rectangular que presenta, en su centro geográfico una cazoleta circular de 0,72 metros de diámetro alineada al Este con una muesca en forma de V practicada en un promontorio rocoso de unos 8,5 metros de altura. Tras esta hendidura se ha localizado una cazoleta de gran profundidad que, según los arqueólogos servía para hincar un poste que marcaba con exactitud los equinoccios de primavera y otoño.
También se ha comprobado que, en una alineación visual con el monolito del Roque Nublo, esta muesca localiza el lunasticio mayor, un fenómeno astronómico que se produce cada 18,6 años con la luna llena anterior o posterior al solsticio de verano (el último tuvo lugar en julio de 2006). Según estos indicios, el Almogarén tendría una función religiosa y aparecería como uno de los centros de espiritualidad aborigen.