Creo que es drago, se le parece mucho, pero le faltaría lo que es el tronco, es como si se hubiera desarrollado solo la parte superior, tiene la misma forma y la misma estructura.
Dracaena: nombre genérico que deriva del griego drakaina = “dragón” refiriéndonos a la “Dracaena draco”. Este árbol en la población local de la Islas Canarias, fue considerado un dragón y le atribuyeron propiedades mágicas.
Con toda seguridad son muy pocos los canarios y por ende los surgrancanarios que tienen conocimiento de que, refugiados en los riscos más inaccesibles del sur de la isla, quedan los únicamente 79 ejemplares que existen en el mundo en estado silvestre del Dracaena tamaranae, una nueva especie de drago, que fue descrita por primera vez en 1998 por Aguedo Marrero, Rafael Almeida y Manuel González Martín.
Lo paradójico del drago de Gran Canaria, es que tiene más similitudes con los dragos del Océano Índico, que se encuentran a muchos miles de kilómetros, que con los del drago común de la Macaronesia.
Este hecho refrenda un origen único de estas especies calificadas en otra época de antidiluvianas, origen que se debió situar en el actual desierto del Sahara, en otros tiempos constituidos de selvas y bosques de laurisilvas.
Dracaena: nombre genérico que deriva del griego drakaina = “dragón” refiriéndonos a la “Dracaena draco”. Este árbol en la población local de la Islas Canarias, fue considerado un dragón y le atribuyeron propiedades mágicas.
Con toda seguridad son muy pocos los canarios y por ende los surgrancanarios que tienen conocimiento de que, refugiados en los riscos más inaccesibles del sur de la isla, quedan los únicamente 79 ejemplares que existen en el mundo en estado silvestre del Dracaena tamaranae, una nueva especie de drago, que fue descrita por primera vez en 1998 por Aguedo Marrero, Rafael Almeida y Manuel González Martín.
Lo paradójico del drago de Gran Canaria, es que tiene más similitudes con los dragos del Océano Índico, que se encuentran a muchos miles de kilómetros, que con los del drago común de la Macaronesia.
Este hecho refrenda un origen único de estas especies calificadas en otra época de antidiluvianas, origen que se debió situar en el actual desierto del Sahara, en otros tiempos constituidos de selvas y bosques de laurisilvas.