Es una experiencia muy agradable ir con la mochila, cámara de
fotos,
agua y algo de
comer, olvidarte de la hora, del día que es y subir por estos
caminos entre
rocas (no suelen ser muy complicados, ni necesitas utensilios de escalador, yo no escale ninguna
roca), y cuando llegas arriba observar el
paisaje tan inmenso, silencioso y tranquilo que te encuentras en estas zonas.
Lo bueno es sentarte un rato en una roca y disfrutar de ese momento de tranquilidad que nunca sabes cuando volverás a tener
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