El emblemático escritor vasco Miguel de Unamuno, perteneciente a la Generación del 98, denominó “Tempestad Petrificada” al conjunto montañoso del Roque Nublo, en alusión a sus violentas y espectaculares formas geológicas: “Es una tremenda conmoción de las entrañas de la tierra, parece todo ello una tempestad petrificada, pero una tempestad de fuego, de lava, más que de agua”.