Las cuevas se cerraban con puertas de material desconocido, conservándose las marcas. Estas se creen que podrían haber sido de madera, lajas de piedra o bien materiales blandos como textiles o pieles. Los huecos de éstos, así como otras ranuras, se sellaban además con una argamasa cenicienta. Todo ello buscaba preservar las cosechas.
En el yacimiento se han encontrado ídolos, pintaderas, cerámicas, huesos humanos y cenizas, que se creen pertenecerían a los que custodiaban el granero.