Así, un arroyo con ciertos poderes curativos puede, en el lapso de pocos siglos, convertirse en la
Fuente de la Eterna
Juventud y el coqueteo entre los hijos de dos personas que se llevan mal en un mito de talla universal como Romeo y Julieta. Adentrarse en las
carreteras que serpentean por la Isla de
La Gomera es sumergirse en una geografía paralela de viejas historias, mitos y leyendas que acentúan el atractivo de la isla. No está demás entrar en la impresionante
Torre del Conde de
San Sebastián, por ejemplo, y más ver más allá de la importancia de las
piedras de lo que es la fortificación europea más antigua de
Canarias. Si a esto añadimos los supuestos amoríos ilícitos entre Cristóbal Colón y el ama de la
plaza, la Beatriz de Bobadilla.