La versión escrita más antigua se debe al cronista de
Puerto de la
Cruz Francisco Pedro
Montes de Oca y García, quien la publicó bajo el pseudónimo de el Barón de Imobach en el diario Gaceta de
Tenerife en 1924. Décadas después, investigadores como Juan Álvarez Delgado y Maximiano Trapero recogieron directamente de informantes gomeros otras versiones de la leyenda. Finalmente, los trabajos de escritores como José Manuel G. y García de la
Torre, Manuel Mora Morales y Sabas Martín popularizaron la leyenda entre el público general del archipiélago, dándole carácter literario.