Leyenda. La versión más popular, no obstante, es la que hace a Gara princesa de
La Gomera y a Jonay −o Ajonay− príncipe de
Tenerife. Jonay nada hasta La Gomera utilizando varios odres de piel de
cabra inflados como flotadores, impulsado por el presentimiento de que allí encontrará lo que desea. Una vez en la isla se informa de la existencia de Gara, a quien muchos pretenden, y resuelve conocerla. La encuentra y le habla, pero ella lo rechaza por no ser de su estirpe a pesar de sentir también una predisposición hacia él. Jonay vuelve a intenarlo y Gara lo rechaza de nuevo, haciendo que el muchacho se enfurezca y la golpee. Un pastor ve la escena y da aviso al resto del clan de Gara, que captura a Jonay y lo condena a muerte. A la mañana siguiente Gara libera a Jonay y huyen, siendo pronto perseguidos. Finalmente, en la cumbre de la isla son cercados, pero antes de que los apresen se suicidan atravesándose los corazones con dardos de madera.