Los que acudieron al funeral en la Villa serían inmediatamente hechos presos, así como también fueron apresados algunos que permanecieron en las cumbres. Se ordena la condena a muerte de todos los indígenas mayores de 15 años, si bien esta medida no se llevó a la práctica en su totalidad. No satisfecho con los asesinatos, a su llegada a
Gran Canaria, ordenó ajusticiar a todos los gomeros que se encontraban en aquella isla y exportando como esclavos a gran parte de niños y mujeres, hacia la península o hacia las otras islas. Posteriormente muchos de los que fueron deportados como esclavos regresarían a la isla de
la Gomera.