Si quieres obtener una vista perfecta del
valle, párate en el
Mirador de la Curva del Queso, al lado de la
carretera. Cuenta con una zona acristalada desde la que parecerá que estás dentro del valle y con una zona escalonada desde la que disfrutar sentado del
paisaje el tiempo que quieras. Pasarás por él en las diferentes rutas que hagas por la isla y siempre captará tu atención. Se trata del Roque de Agando, una formación rocosa muy característica de la isla, de 1.251 metros de altitud, situado dentro de los terrenos del increíble
Parque Nacional de Garajonay. La
postal del paisaje que este lugar regala es sobrecogedora. Cuando llegues allí te fundirás con el lugar y casi te obligará a permanecer en silencio para contemplar el espectáculo del
mar de nubes corriendo a gran velocidad por entre los recovecos de la
montaña.