Según sales de la capital, te das rápida cuenta de la imponente orografía, que te dirige continuamente hasta el centro de
La Gomera por serpenteantes
vías, para poder luego bajar a distintas localizaciones costeras (no hay conexión directa en el entorno del
mar; afortunadamente, para preservar el medio ambiente y la belleza natural). Como te comentaba, ya fuera de la parte urbana de
San Sebastián, me gustó la panorámica general que ofrece el
Mirador de los Manaderos, pero sí he de destacar algo (¡lo voy a hacer!) es el Roque de Agando (entre los barrancos de
la Laja y
Benchijigua). Resulta impresionante, cuando aparece ante ti en la
carretera, con sus 1.247 metros de altitud. Es de esos
monumentos de
piedra que deben ser disfrutados con la mayor soledad y tranquilidad posibles. Por cierto, hay mirador y zona para aparcar.