El
puerto estuvo habilitado para sus funciones entre 1913 y 1914, carente aún de la infraestructura necesaria del entorno que nunca se llevaría a cabo, puesto que con el primer gran temporal que sobrevino después de su inauguración, la obra quedó completamente destrozada. Aún pueden verse los restos de la antigua construcción en la
playa de La
Cueva, como son el dique de atraque y la obra de abrigo. Comenzó entonces el proceso de solicitud de un nuevo puerto, con el agravante de la oposición constante de
Madrid, que aludía al viejo puerto «ya existente». El problema pudo paliarse con un pequeño desembarcadero junto al Roque de La Hila. Fue preciso esperar a la visita que Franco hizo a la Isla en octubre de 1950 para que comprobara personalmente la realidad de los hechos y se pudiera conceder la autorización para construir un nuevo puerto, cuyas obras se realizarían a lo largo de la década. El primer
barco en atracar en el inacabado puerto de
San Sebastián fue la motonave Paloma, el 21 de abril de 1955.