Es la
Iglesia matriz de la villa de
San Sebastián de la Gomera y de toda la isla. Se encuentra en el corazón del
casco viejo de la capital. Las riquezas del patrimonio que guarda tras sus paredes incluye el artesonado mudéjar, tablas renacentistas y diversas imágenes y obras pictóricas entre las que cabe destacar un
Cristo crucificado de Luján Pérez. El origen de este templo se remonta al siglo XV, en tiempos del primer Hernán Peraza, cuando se mandó a construir una pequeña
ermita de barro y
piedras. A esta época pertenece su actual nave central. Durante mucho tiempo constituyó la única
parroquia de la isla de La Gomera y fue en 1490 cuando se pusieron manos a la obra con la nueva edificación, acabada a principios del siglo XVI. En el siglo XVII, sufrió varias reparaciones debido sobre todo a sucesivos ataques de ingleses y saqueos de piratas procedentes del norte de África. Las obras avanzaban lentamente debido a los escasos recursos de los isleños y al temor de éstos a nuevos ataques. El mal tiempo también jugó una mala pasada a esta emblemática iglesia. Finalmente tuvo que ser financiada para que las obras de reconstrucción se pudieran llevar a cabo y así poder albergar importantes obras tales como la construcción de las
capillas del Pilar y del Rosario.