En un lugar tan cerca de la costa como de los Altos de la Villa. De la primera, vinieron piratas y buscadores de fortuna que la saquearon, la demolieron o la incendiaron; de los segundos vino el
agua de las barranqueras que anegaron y arrasaron con frecuencia el
edificio. Pero ni unos ni otros consiguieron restar valor a una de las joyas más preciadas del patrimonio histórico gomero. Existen pocos documentos que puedan confirmar el nacimiento y las características del primer edificio de la
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de
San Sebastián de La Gomera. Los ataques piráticos y los incendios que sufrieron Villa y templo arrasaron los archivos parroquiales. Por eso sólo se conservan los libros de cuentas a partir de 1619, fecha en la que los argelinos se retiraron de la isla.