La figura fue sustituida recientemente por una
Santa Rita (11), el
Cristo ocupa hoy la sacristía. Las pinturas que cubren el último cuerpo del
retablo son de una pobreza manifiesta. Su autor resalta los primeros planos, olvidando cualquier
esquina que le lleve a organizar el espacio de manera simple. Huye de los recursos arquitectónicos para jugar con los ‘rompimientos’ de nubes. El abrazo de
San Francisco y
Santo Domingo que corona el retablo -nació en una época caracterizada por la disputa que enfrentó a dominicos y franciscanos. El retablo de San Miguel (1769) (L) es de un solo cuerpo y tres
calles (divisiones verticales), con decoración barroca en su parte alta. En principio, el retablo tenía un solo nicho que ocupaba la actual imagen de terracota de San Miguel Arcángel (1770) (17), sin embargo, en la década de 1950, los dos lienzos de los laterales fueron sustituidos por vanos que hoy llenan un San Francisco Javier (16) y una
Virgen de la Soledad (18). Sobre estas figuras, un lienzo del maestro del retablo del Pilar representa una Trinidad, sin duda, la obra más elaborada de este autor anónimo.